Existen dos bien conocidos coeficientes que analizan nuestra capacidad mental y emocional: IQ y EQ. Esta obra, sin emabrgo, sugiere que los creyentes han ignorado una dimensión más profunda de nuestro ser: nuestro SQ o inteligencia espiritual. Dado que tenemos la mente de Cristo, por el Espíritu Santo, tenemos acceso a una genialidad divina, a un entendimiento más alto que alinea nuestra perspectiva con la de Él y nos revela maravillosas soluciones. Dios no solo nos está invitando a operar en este don, sino que, de hecho, nos ha diseñado para ello.